domingo, 6 de abril de 2008

LO QUE LLEVAMOS PUESTO



El viernes 4 de abril Clarín publicó una pequeña nota en la que entre otras cosas se podía leer lo siguiente:




"La policía bonaerense allanó un taller textil clandestino que funcionaba en la localidad de Haedo, en el partido de Morón, donde 15 ciudadanos bolivianos indocumentados eran obligados a trabajar y a vivir en el lugar condiciones infrahumanas."




"En el lugar se secuestraron 5 máquinas de coser, 6 máquinas overlock, una mesa de corte de tela, gran cantidad de etiquetas de afamadas empresas, unas 700 prendas listas para ser comercializadas y 160 rollos de telas de color azul."




Lejos está de ser la primera vez que se descubre algo así. Desde hace más de dos años que esta práctica salió a la luz pública y muy poco es lo que se ha hecho para erradicarla. En octubre de 2006 el Fiscal Federal Patricio Evers recibió un informe de La Unión de Trabajadores Costureros y la cooperativa La Alameda que da cuenta de la ilegalidad existente en la producción de las prendas de las siguientes marcas: Mimo, Gabucci, Kill, Tucci, Chocolate, Martina Di Trento, Yagmour, Ona Saez, Cueros Crayon-Cueros Chiarini, Claudia Larreta, Portsaid, Awada-Akiabara, Normandie-Nmd, Muaa, Puma, Topper, Adidas, Duffour.


Para deslindar responsabilidades las empresas no contratan directamente a los costureros ni son los dueños de los talleres clandestinos. Ellos "mantienen sus manos limpias" porque contratan los servicios de talleres textiles independientes de sus empresas, que son los que hacen el trabajo sucio.


Algunas de las formas comunes de esta explotación cotidiana son extensas jornadas de trabajo, pago a destajo y por prenda, pago en negro, reclutamiento mediante engaños, superexplotación abusando del altísimo nivel de vulnerabilidad social de los costureros y sus familias; situaciones de semiencierro o de reducción a la servidumbre; exposición a afecciones pulmonares como la tuberculosis, alimentación precaria y situaciones de intimidación bajo diversas formas.


Está clara la responsabilidad directa que cabe a los dueños de los talleres y por supuesto a las empresas que comercian con ellos simplemente para bajar un poco más sus costos y poder subir sus márgenes de ganancias. También es bastante clara la responsabilidad del Estado que no cumple con su papel de regulador del trabajo, haciendo valer los convenios colectivos, regulaciones sobre salubridad, empleo en blanco, los derechos establecidos en la Constitución Nacional y en los tratados internacionales.


Pero si bien estos 3 actores (dueños de los talleres textiles, empresas que compran el resultado de este trabajo conociendo sus condiciones, Estado) son claramente responsables, ¿qué sucede con los consumidores?


La pregunta ética siempre debe estar referida a nosotros, antes que demonizar a un tercero, no porque éste no tenga responsabilidad, sino porque en general resulta un movimiento para ocultar nuestra propia incumbencia en el asunto.


¿Acaso tomamos un momento en averiguar cómo fue hecha la ropa que vestimos? ¿O preferimos presentarnos ignorantes frente a las vidrieras de los shoppings, simples consumidores que no deben preocuparse por estos temas?


Recuerdo cómo hace unos meses los consumidores se pudieron poner de acuerdo para no comprar tomate y esa acción hizo que el precio bajara y fuera accesible nuevamente. ¿A nadie se le ocurre que puede hacerse algo similar con alguna marca de ropa, exigiendo que produzca en condiciones adecuadas para los trabajadores?


Otra posibilidad es elegir seguir como hasta ahora, sin que nos importe cuánto malestar, cuánta pobreza y cuánto maltrato llevamos puestos para estar a la moda.


3 comentarios:

Catalina dijo...

Lamentablemente estas personas fueron, y es muy probable que sigan siendo explotadas por el tipo de educación que recibieron.
Creo que el principal motor de esta explotación, y muchas otras, es la falta de educación por parte de los empleados y la falta de moral, ética y la ambición por parte de los dueños de las corporaciones.
Yo creo que se trata sobre la falta de educación por sobre todo ya que si todas las personas, o la gran mayoría, que trabajan en estos tipos de lugares y con este tipo de salarios estuvieran educadas no estarían realizando este tipo de trabajo, sino que estarían en puestos más importantes realizando tareas más valorizadas.
Además de la falta de educación podemos agregar la falta del interés por el prójimo, ya que creo que casi todos estamos al tanto del precio que sale confeccionar una prenda a nivel mayorista y por ende sabemos que hay personas que están recibiendo salarios mucho mas bajos de lo que deberían debido al precio de la prenda y no hacemos nada al respecto.
Por nuestra parte podríamos dejar de comprarle a las marcas, pero creo que es imposible movilizar a toda la masa.

Juan Bautista dijo...

Quiero abordar este tema desde la educación. No solo desde la educación escolar que es sumamente importante, sino desde la educación de valores que cada persona adquiere mediante diferentes personas o lugares ya sean familiares, amigos, algún club, etc.
No hay duda de que es terrible lo que esta pasando. Personalmente fue la entrada que más me dejó pensando, pero no solo por la entrada en sí, no solo por el tema, si no por que hay muchísimos “lugares” por donde “entrarle” al tema.
Como dije antes voy a enfocarme en la educación. Yo soy de los que piensa que con una buena educación en todo sentido nos ahorraríamos un montón de problemas. No voy a hablar del consumidor porque lamentablemente me parece aún más complejo de comentar. Aunque suene fácil voy “criticar” de cierto modo a la gente que permite estas prácticas (el dueño de Adidas, el dueño del taller, la policía, los funcionarios, etc.).
Yo creo que una persona que tenga los valores claros me parece que bajo ningún punto de vista podría permitir algo así. La educación me parece la base de un montón de cosas y una de ellas es no permitir tanta injusticia a costa por ejemplo de un poco más de dinero
Sin dudas no es el único problema que vemos en este tema, es muy amplio, pero por lo menos es una pequeña ayuda para empezar a solucionar las cosas, y no solo de esta entrada, si no de muchas otras más.

Valentina dijo...

Por un lado voy a hablar de las personas que son explotadas y las personas explotadoras por otro.
En primer lugar estoy de acuerdo con Catalina y Juan Bautista con respecto a que la educación es lo que hace que cada ser humano pueda desarrollarse como persona y progresar ya sea en el ambiente laboral como en el social.
Otro factor que tomo en cuenta es la falta de información de estas personas ya que si estas la obtubieran estarían informados de lo que realmente hacen, si es justo su salario y otras actividades laborales que podrían realizar en caso de estar disgustados con la que realizan.
No solo es horrible esto que sucede, ya que podriamos ser cualquiera de nosotros, sino que también es horrible que no hagamos nada para cambiarlo.
No hay que olvidar que en muchos de los casos la explotación de personas es no voluntaria como el secuestro de chicas jóvenes para luego explotarlas mediante la prostitución.
En segundo lugar quiero hacer incapie a los explotadores. Es probable que estos hallan recibido educación, pero que fue lo que les faltó en esta que hizo que se atrevieran a tratar a estar personas en estas condiciones infrahumanas?
es un tema importante a tratas que creo que hay que dejar de lado, ustedes que piensan?